Espacios de muerte
Ritos fúnebres para mujeres


Ritos fúnebres para las mujeres
El enterramiento no es más que una parte dentro de un proceso ideológico y social, una compleja cadena de emociones y proyecciones de pensamiento con huella en el registro material.
Existe un orden físico, pero también simbólico del espacio, una puesta en escena y unas vivencias en torno a las tumbas. El ritual y su despliegue en el espacio de la necrópolis y la tumba puede revelar numerosos aspectos identitarios en relación con la riqueza, linaje, etnias, movilidad, grupos sociales, familiares, edad o género…
"El espacio funerario es diseñado y creado por relaciones sociales, objetos naturales y culturales”
M. L. Stig Sørensen, 2005
Valores simbólicos del espacio funerario
Las necrópolis, o cementerios, son escenarios religiosos y sociales de prácticas rituales que ligan la comunidad a su pasado, donde participan las mujeres. Su uso se prolonga en el tiempo y son objeto de celebraciones colectivas con huellas de fuego, perfume, ofrendas, en ocasiones con libaciones y banquetes familiares, danzas y música, dependiendo del momento cronológico.
Necrópolis vaccea de Las Ruedas, Pintia, Padilla de Duero (Valladolid)
Algunos enterramientos femeninos son objeto de banquetes rituales como sucede en las tumbas 127 a y b. Estas contienen los cuerpos de una mujer adulta y una niña de ocho años. Ambas presentan un rico ajuar de piezas cerámicas de gran variedad y de ofrendas animales.
Cultura romana. Siglo II a. C.
Lugares, mujeres y ritos
El espacio de la necrópolis también es simbólico. Reconocemos en distintos casos ordenamientos y alineaciones, pautas de centralidad, visibilidad… Y en dicho espacio funerario se disponen enterramientos individuales, de parejas, grupos familiares… La distinción en el propio rito de enterramiento, además, puede marcar una diferenciación social.
Necrópolis megalítica de Panoría, Darro (Granada)
Enterramientos colectivos donde la mayoría de los restos antropológicos han perdido sus conexiones anatómicas apareciendo amontonados unos encima de otros, con ajuares cerámicos, líticos y conchas marinas. Se enterraron individuos de ambos sexos y de todas las edades.
Edad del Cobre. IV – III milenio a. C.
¿Qué llevarse al último viaje?
La gente construye su identidad a través de las relaciones de objetos y el ajuar funerario es un rico banco de datos para aproximarnos a la sociedad y sus percepciones. Riqueza, prestigio, rareza, autoridad, género… Hoy se refutan atribuciones mecánicas de elementos supuestamente pertenecientes a varones como el armamento, que no se vincula en exclusiva a tumbas masculinas.