Itinerarios educativos
Pasado y presente

Como seres humanos, compartimos con las personas que nos precedieron en el tiempo algunas necesidades básicas. Vestirse, alimentarse y divertirse, son algunas de estas actividades. Invitamos aquí a hacer un viaje imaginario en el tiempo para observar los objetos que emplearon para jugar, fijarnos en la indumentaria e imaginar los sabores de los alimentos.
Objetos para jugar
Los juegos, como la risa, son formas de comunicación, disfrute y aprendizaje y los ha habido en todas las sociedades. Aquí te presentamos algunos. ¿Conoces otros similares en tu cultura? ¿Qué aprendes con ellos?
Vestirse
La ropa, nos sirve para protegernos, pero a lo largo de la historia ha servido para distinguirnos unos de otros: los ricos de los pobres, las mujeres de los hombres, los niños y niñas, de los adultos. También distinguen unos trabajos de otros y unos días de otros en función de las actividades que realizamos.
Identifica el sexo, la época, la cultura y la actividad que puedas de las siguientes imágenes a través de la indumentaria y de los adornos. (Si no lo sabes, busca los pies de foto de estas imágenes en la exposición).
Objetos, técnicas y espacios de la alimentación: los sabores
La alimentación elaborada es también un rasgo de diversidad de las culturas humanas. Además de la necesidad de nutrirse, los ingredientes, las técnicas y los sazonadores son diferentes en cada lugar, en función de los ecosistemas donde se vive y de las preferencias humanas. Cuando aparece el comercio, las comunidades humanas ya no se limitan a ingerir aquello que se encuentran o producen en las proximidades.
¿Conoces los siguientes ingredientes? Averigua de donde son originarios y fíjate en sus sabores.
Investigar
Proponemos aquí algunas preguntas para continuar investigando en nuestra exposición y en nuestra página web:
LA VIDA DE LAS MUJERES
MOVILIDAD Y RELACIONES ENTRE GRUPOS
COOPERAR
CUIDAR A LAS PERSONAS
EL DESARROLLO TECNOLÓGICO
Otro ejemplo constatado en el mundo clásico son las madres nodrizas, estas mujeres vendían (o eran obligadas a ceder) su leche para la crianza de otro bebé. En época antigua solían ser mujeres de pocos recursos o en situación de esclavitud, pues la venta de la leche materna en muchos casos traía como consecuencia la imposibilidad de amamantar a sus propios hijos. La relación que se establecía entre las criaturas y su nodriza, que a veces excedía el periodo de lactancia, podía llegar a ser muy estrecha.