Las mujeres y el curso de la vida
Cuerpos femeninos y ciclos vitales
Las transformaciones que experimentan los cuerpos maternales, aquellos que conciben, gestan, dan a luz y nutren a otros cuerpos, marcan las experiencias vitales de las mujeres. En los cuerpos femeninos, el paso de la edad conlleva cambios hormonales y de la morfología corporal. Acontecimientos biológicos como la menarquia, la gestación, la lactancia o la menopausia definen los ciclos vitales femeninos. Sin embargo, es el significado social y cultural que se otorga a estas transformaciones biológicas el que modela el curso de sus vidas y sus experiencias vitales. Estos significados varían enormemente de un contexto social a otro y de una época histórica a otra. Por ello las vidas de las mujeres no son uniformes.
Sexualidad y fertilidad
La actividad sexual es esencial en la creación y la continuidad de la vida. La reproducción es básica para la continuidad de los grupos. Así lo entendieron muchas comunidades del pasado que otorgaron al deseo y al sexo un papel central en sus cosmologías. La arqueología ha explorado el deseo y la sexualidad femenina a través del estudio de los objetos y de los cuerpos. La magia y el ritual fueron en el pasado aliados habituales para propiciar el deseo, la fertilidad y la concepción de nuevas vidas.
Desde las primeras representaciones de arte parietal paleolítico, el sexo está presente. Aparecen genitales femeninos, vulvas dibujadas en las paredes de las cuevas y representaciones de coitos.
Los ritos relacionados con la fertilidad y la fecundidad tuvieron gran importancia en las sociedades iberas. Se representaron imágenes en soportes diversos, en las que la rica gestualidad alude a estas peticiones: las manos sobre el vientre, las manos apoyadas en el pecho, con o sin ofrenda, etc.
La reproducción y el embarazo en el mundo ibérico se convierten en una expresión fundamental del culto colectivo, pues traspasan la dimensión individual y se contextualizan socialmente. Aunque son muy pocos los ejemplos, es posible observar prácticas relacionadas con la protección de la gestación, con algunos ejemplos de mujeres embarazadas, que en ocasiones portan atributos simbólicos como la granada.
Ungüentario de alabastro de la Tumba 9 de la necrópolis de la Joya (Huelva)
Cultura tartésica. Siglos VIII – VII a. C.
"He rociado mi cama con mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana, deleitémonos con caricias."
Proverbios 7: 16-19
La mujer que nos habla a través de este texto nos introduce en el mundo del sexo y los sentidos y nos remite a la importancia de los olores en la sexualidad del Mediterráneo antiguo. Los aceites perfumados, elaborados con sustancias aromáticas como el nardo, la canela o la mirra, eran utilizadas por mujeres y hombres en el juego erótico.
La frecuente representación del encuentro entre la mirada femenina y la mirada masculina en las escenas de contacto sexual representa a las mujeres como sujetos de deseo. De hecho, las representaciones eróticas se centran, frecuentemente, en el momento del deseo compartido. Y en ellas las mujeres parecen activas y pasivas, como sujetos y como objetos del deseo.
Embarazo y parto
El embarazo y el parto son momentos de especial significación para las mujeres. Se transforman sus cuerpos y sus expectativas vitales. Por ello el embarazo y sobre todo el parto podían precisar del cuidado de otros miembros del grupo, en general de otras mujeres. Objetos y prácticas rituales ofrecían protección a la embarazada.
La maternidad ha tenido siempre sus riesgos. La muerte de la criatura y de la madre en partos prematuros o complicados supondría una doble pérdida para el grupo familiar.
En algunas necrópolis ibéricas se encuentran inhumaciones de criaturas recién nacidas asociadas al ritual de cremación de mujeres jóvenes, probablemente relacionadas con un parto fracasado. Se considera, que para que a los bebés se les incinere han de haber sobrevivido los primeros meses de vida, aunque también se han hallado algunos incinerados, lo que nos muestra que hay diferentes maneras de enfrentarse a la muerte dentro de la cultura ibérica.
En la antigua Roma existe la Lex Caesarea (ley cesárea), que dice:
"se prohíbe que se entierre a la mujer que murió estando preñada, sin que primero se saque lo que tiene en el vientre. El que hiciese lo contrario, parece que frustró la esperanza de que viviese el feto”
Marcelo Digesto, 11.8.2
María Paz de Miguel Ibáñez “Gestación y parto”
La mujer de Ostuni de Brindisi (Italia)
Enterramiento de una mujer de 20 años de edad que acogía en su pelvis a un feto de unas 33 semanas de gestación. Es uno de los enterramientos más antiguos de mujeres gestantes que se conoce. Tras su muerte su cadáver fue depositado en posición fetal, con una mano en su vientre. Su cabeza estaba tocada con un gorro confeccionado con 600 pequeñas cuentas similar al que portaba la figurita de Willendorf.
Paleolítico Superior. Hace 26.000 años
Inhumación de una mujer gestante del Cerro de las Viñas, Lorca (Murcia)
Se trata de una mujer gestante fallecida intraparto. En el momento del parto el feto presentó una posición anómala, un prolapso de brazo, una posición incompatible con el nacimiento que llevó al fallecimiento tanto de la madre como del bebé.
Edad del Bronce. II milenio a. C.
Fragmento de una pequeña escultura que representa el cuerpo de una mujer gestante. Kostenki (Rusia)
El cuerpo se representa desnudo con el ombligo hacia afuera, una característica común a partir del tercer trimestre de embarazo. Estas representaciones de cuerpos gestantes pueden haber sido utilizadas por mujeres paleolíticas en prácticas rituales o mágicas destinadas a proteger los embarazos y partos.
Paleolítico Superior. 25.000 años.
Estela funeraria del Cortijo del Chantre, Úbeda (Jaén)
Estela dedicada a Gémina, una esclava que murió dando a luz.
«Gemina, esclava de Decio Publicio Subicio, de 25 años, aquí yace, murió en el parto. Cayo Aerario hizo poner el cipo. Serías mi Parca si me llevases de donde estoy con la fuerza de una infernal amatista. Si me amaste, lleva de aquí a Tag (…). Séate la tierra leve.»
Cultura romana. Principios del siglo. II a. C.
Exvotos de úteros y pechos de los santuarios ibéricos de Collado de los Jardines y Cueva de la Lobera (Jaén)
El depósito de exvotos en forma de úteros se ha interpretado, en el contexto ibero, como ritos relacionados con la fertilidad, pero también con la curación, para favorecer un buen puerperio (cuarentena). Contamos con alguna representación de úteros grávidos (úteros durante el embarazo), que podría aludir al proceso de parto.
Cultura ibérica. Siglos IV-III a. C.