Otras miradas al pasado
Arqueología feminista, historia inclusiva
Arqueología feminista, historia inclusiva
La arqueología feminista comienza a desarrollarse a partir de finales del siglo XX, coincidiendo tanto con la llamada segunda ola del feminismo como con el creciente acceso de mujeres a la profesión. Desde entonces ha denunciado el persistente androcentrismo que domina el relato, académico y popular, sobre el pasado lejano de la humanidad.
Además, la arqueología, como la historia, ha tendido a ocultar el valor histórico de las condiciones y los mecanismos cotidianos que hacen posible la continuidad y el cambio en los grupos humanos, reduciendo la agencia humana a los términos del poder masculino que rige nuestro presente. La arqueología y la historia feministas fijan su mirada en esta dinámica fundamental de las comunidades humanas en la que todas las personas son protagonistas.
El conocimiento situado
Desde los años 70, el feminismo ha reflexionado extensamente sobre las cuestiones epistemológicas – cómo se investiga-. Una parte importante de estos enfoques se fundamenta en el llamado “conocimiento situado” propuesto por Donna Haraway. Con ello se refiere a la perspectiva específica de las mujeres a la hora de construir conocimiento y hacer ciencia.
El poder de la ciencia
A pesar del carácter fragmentario de los hallazgos arqueológicos y de los textos antiguos, la ciencia es una gran aliada de la investigación feminista. La sofisticación y precisión de los métodos analíticos actuales, permite adentrarnos en las biografías y formas de vida de todas y cada una de las personas del pasado y deconstruir algunos de los estereotipos de las interpretaciones históricas, como la supuesta inmovilidad y pasividad femeninas en contraposición a la movilidad y la agencia masculinas.
Dentadura de mujer con restos de lapislázuli
Dentadura de mujer con restos de lapislázuli
Poniendo nombre a las experiencias femeninas
Las experiencias históricas humanas son múltiples y diversas. Algunas de ellas son específicamente femeninas tanto por sus características biológicas (embarazo, parto, sexualidad), como por la atribución que se ha hecho de algunas de ellas a las mujeres.
Por ello, la investigación feminista en arqueología e historia tiene como objetivo poner de relieve estas acciones y vivencias para incorporar la diversidad de experiencias humanas como el entramado que explica las historias de las sociedades.
Paloma González Marcén “Actividades de mantenimiento”
Una de estas actividades transversales que se asocian a las experiencias femeninas y su papel central en la sociedad son las tareas y las tecnologías relacionadas con el lavado de la ropa. Las orillas de los ríos o los lavaderos han sido siempre espacios de mujeres y lugares micropolíticos estratégicos para facilitar la comunicación intracomunitaria y la mediación en conflictos y pactos.
"De tal suerte transfigurada, dijo Atenea, la de ojos de lechuza: ¡Nausícaa! ¿Por qué tu madre te parió tan despreocupada? Tienes descuidadas las espléndidas vestiduras y está cercano tu casamiento en el cual has de llevar lindas ropas, dando parte también a los que te conduzcan; que así se consigue gran fama entre los hombres y se huelgan el padre y la venerable madre. Vayamos, pues, a lavar tan luego como despunte la aurora, y te acompañaré y ayudaré para que en seguida lo tengas aparejado todo".
Homero, Odisea VI