Otras miradas al pasado

Tecnologías cotidianas

Crear e innovar cada día

Crear e innovar cada día

¿Cómo conseguir y procesar los alimentos, construir útiles o transformar elementos de la naturaleza en enseres? Son actividades todas ellas que han requerido de un desarrollo tecnológico. Estas indispensables tecnologías se relacionan con los saberes y aprendizajes cotidianos. ¿Qué barro seleccionar para hacer utensilios de cerámica? ¿A qué temperatura cocerla? ¿Cómo se conservan mejor los alimentos? ¿Qué fibras son las más adecuadas para el hilado? ¿Hay maderas más adecuadas para elaborar flechas?
Este conjunto de conocimientos necesarios para crear diferentes tecnologías ha sido construido, también, por las mujeres. Sin embargo, ellas no han tenido un reconocimiento social, menospreciando su capacidad técnica y obviando su papel en el desarrollo de estas innovaciones.

Más da una piedra: la tecnología más antigua

La talla de la piedra es la tecnología por excelencia en las sociedades prehistóricas más antiguas. Desde hace 2 millones de años esta tecnología se desarrolla y adapta a cada paso de la propia evolución humana. No existe ninguna evidencia científica que proporcione información sobre qué miembros del grupo se dedicaban a esta importante actividad.

Arqueología experimental

La talla de la piedra pudo ser realizada por cualquier miembro del grupo, sin que hasta el presente sea posible determinar el sexo de quien golpeaba la piedra.

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Punta de flecha de la Cova del Parpalló, Gandia (València)

Punta de sílex de aletas y pedúnculo con retoque plano. Paleolítico Superior. Hace 19000 años

Punta levallois de Cova Negra, Xàtiva (València)

Paleolítico Medio. Hace 300.000-40.000 años

Entre cuencos, ollas y biberones: ¿qué hacemos hoy de comer?

Mujer Mbé del país Dii, haciendo objetos de barro. Camerún

La tecnología cerámica surge de una necesidad de preparar, procesar y conservar los alimentos. Las mujeres participaron de este desarrollo tecnológico ligado a la cotidianeidad de los grupos y a su bienestar diario.
Siglo XX

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El procesado de los alimentos es una actividad básica que requiere del uso de diferentes tecnologías. Desde hace 8000 años y hasta nuestros días, la investigación arqueológica proporciona datos sobre el trabajo de las mujeres: el desgaste de los huesos por el trabajo repetitivo de la molienda del cereal o la fabricación de la cerámica con las huellas dactilares dejadas en los recipientes. Todo ello, junto al cocinado, muestra la importancia de estos conocimientos sobre las proporciones, la temperatura de cocción o la conservación de los víveres. Tanto la etnografía como nuestra propia cultura tradicional muestra la relación de las mujeres con la alimentación diaria de los grupos humanos.

Mujeres moliendo en molinos barquiforme y rotatorio. Detalle de rodilla de mujer con desgaste del yacimiento neolítico de Abu Hureyra (Siria)

La actividad de molienda produjo deformaciones en los huesos de las mujeres resultado de una actividad continuada. Esa vinculación debió relacionarlas con la propia evolución tecnológica de los molinos de piedra.

Edad del Bronce. 1800 -1300 a. C.

Semillas prehistóricas carbonizadas procedentes de la Zona Arqueológica de Marroquíes Bajos (Jaén)

Mediante el estudio de las semillas se puede conocer la evolución de prácticas agrícolas, procesado de ciertos cultivos y la alimentación de las sociedades.

Edad del Cobre. III milenio a. C.

Tejiendo la vida

Desde los primitivos telares neolíticos, el tejido se relaciona con el espacio doméstico donde se realizaba el procesado de las materias primas, ya sean fibras vegetales o lana, hasta convertirlas en prendas. No debemos olvidar otro tipo de trabajos relacionados con esta actividad como son la cestería y la cordelería en esparto.
Los datos arqueológicos y etnográficos indican que esta tecnología y, por tanto, su desarrollo, se relaciona con las mujeres. Y no sólo se aprende la confección del tejido, sino también, otros saberes cotidianos que se comparten en ese espacio de trabajo.

Maxilar de mujer mayor de Cabezo Redondo de Villena (Alicante)

Se aprecia el desgaste en los dientes derivado, probablemente, del contacto repetido con fibras de esparto y fibras vegetales que servirían para elaborar hilos y cuerdas.

Edad del Bronce. II milenio a. C.

Huso con restos de hilo de junco de Terlinques, Villena (Alicante)

Bobinas de hilo de junco enrollado alrededor de varas de freno relacionadas con la producción textil. Este huso se encontró carbonizado junto a otros dentro de un capazo de esparto.

Edad del Bronce. II milenio a. C.

Sandalias de esparto de la Cueva de los Murciélagos, Albuñol (Granada)

Están elaboradas con esparto para dar mayor flexibilidad. Este fue el calzado de las primeras sociedades agrícolas. Formaban parte de un enterramiento colectivo.

Neolítico. 5000 a. C.

¿Desde cuándo pintamos nosotras?

Las primeras pinturas figurativas de la humanidad representan animales y algunos seres humanos, la mayoría femeninos. Diferentes estudios científicos afirman que las primeras manos pintadas en las cuevas paleolíticas son de mujeres. También en el arte rupestre levantino, un arte mayoritariamente de personajes masculinos, aparecen representaciones femeninas realizando actividades diferentes relacionadas con la agricultura, la alimentación o de socialización.

Manos en negativo de la  Cueva del Castillo, Puente Viesgo (Cantabria)

Paleolítico. Hace 37000 años

Escena figurativa de la Cueva de la Araña, Bicorp (Valencia)

Muestra una actividad de la vida cotidiana como es la recolección de miel.

Neolítico. 9000 a. C. – 6000 a. C.

En el abrigo de “Los Machos” (Granada), un panel de arte esquemático conserva dos huellas dactilares de los artistas, un hombre adulto y una mujer adulta o individuo juvenil.

Pintura del abrigo de Los Machos, Zújar (Granada)

Neolítico - Edad del Cobre. VI al III milenio a. C.
¿Quién pintaba aquí?
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Escena de Hidria que muestra a una joven trabajando en un taller como pintora

Durante los siglos V y IV a. C. se popularizaron las escenas femeninas en la cerámica ática, con frecuencia decorando formas que las mujeres utilizaban en sus tareas cotidianas, como sucedía con las hidrias (vasijas para contener agua), el epínetro (rodillo usado por mujeres para debastar lana) y el lutróforo (vaso para llevar agua del baño).

Cultura griega. 460-450 a. C.

El estudio de estas pinturas ha dado como resultado que fueron realizadas por manos pequeñas, de individuos infantiles o mujeres y por manos de hombres. Así se convierte en una actividad en la que podría participar todo el rango de edad del grupo.

Excavación de dos estructuras de combustión del nivel XIII. Cova del Bolomor

Paleolítico medio

La excavación minuciosa del hogar y el estudio en el laboratorio de los restos de carbones, cenizas, piedras y tierra quemadas o restos de animales y plantas darán información sobre para qué se usó, cómo, cuántas veces y a qué temperatura llegó.